Buenos Aires, 1953. Al regresar a su casa Alberta descubre a Raimundo Morel, su marido, muerto en su escritorio. Una primera mirada sugiere que se ha tratado de un suicidio o un accidente, ya que Morel estaba solo en su escritorio y tenía un arma. El experimentado comisario Jiménez inicia la investigación y reúne a los testigos en el lugar del hecho. Los diferentes puntos de vista van construyendo las hipótesis. El comisario cree haber logrado esclarecer el caso, pero Daniel Hernández, joven corrector de pruebas compañero de Morel, parece encontrar la clave. Casi sin buscarlo, Hernández se convertirá, ante la muerte de su amigo, en un detective silencioso, reflexivo y con una extraordinaria capacidad de observación. “La aventura de las pruebas de imprenta” es uno de los tres relatos que componen Variaciones en rojo, libro publicado en 1953 en la “Serie Naranja” de la editorial Hachette.
El Comisario Jiménez y Daniel Hernández llegan a la casa de Gregorio Altabe, convocados por la muerte de su esposa Mariana. El cuerpo de la víctima yace en medio de la sala. Allí, además de Gregorio, viven su hijo Eduardo y su cuñada Angélica. En el cuello de la muerta descubren manchas de pintura. Y en el patio de la casa vecina, una lata de pintura del mismo color. Jiménez y Hernández se encuentran allí con Marcos, un joven de veintidós años que confiesa haber tenido un amorío con la víctima. Tras leer un poema escrito por Marcos, Hernández deduce que la sombra del pájaro a la que hace referencia en uno de los versos es la clave para develar el homicidio. “La sombra de un pájaro” fue publicado por primera vez en 1954 en la revista Leoplán, de la cual Walsh era un asiduo colaborador.
El Comisario Laurenzi y Daniel Hernández deben elucidar lo que parece un caso de muerte por posesión diabólica. La primera en dar testimonio es Mercedes Funes, la hija menor de la víctima. Mercedes, a diferencia de Ricardo y Rosario, se muestra compungida por la muerte de su padre. Declara que sus hermanos odiaban al padre, y que él le rezaba al diablo. Rosario, la mayor, dice haber visto chispazos azules despedidos del cuerpo de Funes, quemándolo vivo. Laurenzi y Daniel buscan en el cuarto junto al cadáver, y aparece la primera pista que los conducirá a la resolución del caso: un filamento de cable de luz. Enseguida revisan el resto de los cuartos y hallan en el de Mercedes un cable que les da la pista de que a Funes no lo mató el diablo. Rodolfo Walsh publicó "La trampa" en 1957 en la revista Vea y Lea.
El juez Reynal convoca al Comisario Laurenzi para anunciarle que ha matado a un asaltante en defensa propia. Laurenzi conoce desde hace años a Reynal, pero ninguno de los dos siente aprecio por el otro. Paulatinamente, Laurenzi va advirtiendo que el asaltante que permanece muerto en la casa del juez, es un hombre al que tiempo atrás Reynal condenó a años de prisión. Eso le hace dudar sobre la versión que Reynal le da sobre lo que ha ocurrido. A medida que se desarrolla el relato, Laurenzi irá intentando desenmascarar a Reynal con el fin de desentrañar qué es lo que realmente sucedió. Rodolfo Walsh publicó "En defensa propia" el 01 de julio de 1951 en la revista Vea y Lea. El texto también forma parte de la compilación póstuma titulada “Cuentos para tahúres y otros relatos policiales”.
Un grupo de amigos se reúne a practicar tiro al blanco en el campo de Mayer. Entre ellos está Daniel Hernández, amigo de Vega, uno de los tiradores. En medio de la jornada, un vecino los convoca para anunciarles que el dueño de la propiedad lindera ha muerto. Mayer, Daniel y el resto van a ver lo ocurrido y se encuentran con el cuerpo del vecino, muerto de un tiro en el cráneo. Enseguida advierten que alguno de ellos debe haberlo matado por accidente, ya que el hombre se encontraba en la línea de tiro. Laurenzi comienza la investigación ayudado por Hernández, que esta vez se convierte en un testigo fundamental. Tiempo más tarde, un juez sentencia que en efecto se ha tratado de un accidente. Sin embargo, Laurenzi está empecinado en comprobar que ese accidente fue provocado intencionalmente por Mayer. Al cabo de un tiempo la investigación lo conducirá a comprobar sus sospechas. Rodolfo Walsh publicó "Cosa juzgada" el 12 de abril de 1962 en la revista Vea y Lea.
En el taller del afamado artista plástico Duilio Peruzzi aparece asesinada la modelo Carla De Velde. Hay tres sospechosos: el mismo Peruzzi -quien mantenía una relación amorosa oculta con la modelo-, Romolo Giardino -marido de la víctima-, y el colaborador del artista, un alemán refugiado en Argentina a quien Peruzzi trata como a un esclavo. Nuevamente la intuición de Hernández desviará la mirada de Jiménez y señalará al verdadero asesino. “Variaciones en rojo” es uno de los tres relatos que componen el libro homónimo publicado por Rodolfo Walsh en 1953.
El comisario Jiménez deberá resolver un nuevo crimen con la ayuda de Daniel Hernández. El lugar del hecho es una pensión donde se albergan estudiantes venidos de diferentes provincias y extranjeros radicados en Buenos Aires. Olmedo, oriundo de Bolivia, aparece muerto en la habitación que comparte con otro muchacho, Isaías Bloom. Nada se sabe del agresor, y nuevamente serán las deducciones de Hernández las que conducirán a la resolución del enigma. Sus interpretaciones sobre los sueños que Isaías Bloom escribe en una libreta, sumadas a los detalles que revela la escena del crimen, permitirán descubrir quién es el asesino de Olmedo. Rodolfo Walsh participó con "Las tres noches de Isaías Bloom" de un concurso organizado por la revista Vea y Lea y la editorial Emecé. Tenía entonces 23 años y el relato le valió una mención del jurado compuesto por Leónidas Barletta, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
El comisario Laurenzi y Daniel Hernández salen de pesca. En el pueblo al que van asisten por azar a la furia de un hombre que quiere matar a Iglesias, un muchacho que ha dejado embarazada a su hija adolescente. Iglesias está herido de bala. Laurenzi interviene para evitar el enfrentamiento y decide ponerlos en manos de las autoridades locales. El problema es que debe trasladarlos al otro lado del río evitando que se maten entre ellos. Entonces recuerda un viejo cuento que le contaba su abuela: el de la coliflor, el lobo y la cabra. La fórmula es lógica, pero cualquier error en la asignación de los roles puede conducir a un desenlace fatal. Rodolfo Walsh publicó “Transposición de jugadas” en 1961 en Vea y Lea, revista de la cual era asiduo colaborador.
Hernández tiene urgencia por entregar una traducción que fue encargada a León Sanctis, uno de los mejores colaboradores de la editorial. Al leer el trabajo, Daniel descubre que las notas al pie incluidas en el texto no tienen sentido. Es necesario rehacer la traducción, pero Sanctis parece querer evitar a sus compañeros de la Editorial Corsario. No hay tiempo, y Otero, jefe de Hernández, lo apura sin piedad. León sigue sin aparecer. Daniel comienza a buscarlo de modo desesperado, en un principio porque requiere de su trabajo para enviar a imprenta, pero luego movido por la preocupación ya que el paradero de Sanctis sigue siendo un misterio. Para resolver el enigma Daniel recurre a su viejo amigo, el comisario Jiménez.
Un hombre inglés radicado en Argentina desde hace años aparece apuñalado en su casa. La escena del crimen rencuentra al comisario Laurenzi con su viejo amigo el Dr. Anselmi, un médico de la policía a quién él aprecia mucho. Durante el peritaje se encuentran cartas con partidas de ajedrez que indican que la víctima jugaba por correspondencia con varios contrincantes. Junto a Anselmi, el comisario deberá desentramar el enigma detrás de las partidas, sin caer en Zugzwang. "Zugzwuang" apareció publicado en Vea y Lea en diciembre de 1957.
El viejo Carmen aparece muerto en la estancia de don Julián, dueño de campos en la zona de Las Flores, al sur de la provincia de Buenos Aires. Don Julián, temeroso de las sospechas que sobre él pueden caer por la mala relación que tenía con la víctima, pide a Laurenzi que se haga cargo del caso. El Comisario se pone a investigar, y para eso se hospeda en la estancia de don Julián, en medio del campo. Durante su estadía en lo del estanciero, Laurenzi descubre un inesperado objeto que lo ayudará a deducir quién ha matado a don Carmen. Rodolfo Walsh publicó "Los dos montones de tierra" en 1961 en la revista Vea y Lea, de la cual era un asiduo colaborador. Años después, en 1987, el relato fue incluido en el libro póstumo titulado "Cuento para tahúres y otros relatos policiales".
El Flaco Sanabria y su amigo Santos le venden a María Elena una máquina que -según ellos- permite distinguir el bien del mal. Para comprar la máquina, María Elena, jugadora compulsiva, debe pedirle dinero en préstamo a Carmela, levantadora de apuestas del conventillo en el que todos viven. La deuda es grande y Carmela quiere que el pago se haga efectivo, pero María Elena no tiene lo que le piden. Entonces invita a su acreedora a tomar el té a su casa y le entrega la máquina del bien y del mal como parte de pago de la deuda. Pero cuando Carmela desciende con la máquina, tropieza y muere a causa de la caída. El Comisario Laurenzi deberá desentrañar qué sucedió exactamente.
A pocos días de ser asesinado por un grupo de tareas, Rodolfo Walsh se oculta en una casa ubicada en San Vicente junto a su compañera Lilia Ferreyra. Allí continúa escribiendo y prepara su "Carta abierta a la Junta Militar". Walsh recibe una visita inesperada. Daniel Hernández, el personaje que en su obra ha funcionado como su alter ego, va a verlo después de muchos años. A partir de ese encuentro, Daniel opera como una suerte de hijo en la ficción, en momentos en que Walsh, que tuvo dos hijas, Patricia y Vicki, había perdido a esta última a manos de las fuerzas militares. Daniel quiere el consejo de Walsh, pues ha decidido comenzar a escribir y la Editorial Corsario le ha manifestado la posibilidad de publicar sus escritos. Pero el último versionamiento de la Carta abierta y la perentoriedad de su entrega introducen un giro en los acontecimientos. Rodolfo Walsh escribió su "Carta abierta a la Junta Militar" en 1977, al cumplirse un año del golpe militar del 24 de marzo de 1976. El texto es una precisa y contundente denuncia del nefasto accionar del gobierno militar, desde las torturas y desapariciones de personas hasta la implementación de políticas económicas que desposeerían a gran parte de los argentinos y dejarían al país en ruinas. El 25 de marzo de 1977, después de enviar por correo algunas copias de su Carta abierta, Walsh es emboscado por un grupo de tareas comandado por Alfredo Astiz y Jorge Acosta. A pesar de su resistencia, el escritor es alcanzado por una ráfaga de disparos y luego secuestrado. Algunos sobrevivientes afirman haber visto el cuerpo sin vida de Walsh en la Escuela de Mecánica de la Armada, pero a día de hoy su paradero sigue siendo desconocido.