A lo largo de los últimos cien años las capitales europeas han crecido hacia el cielo desafiando constantemente las leyes de la física y poniendo a prueba las técnicas de la construcción. Y Madrid no iba a ser una excepción. Desde el Edificio Telefónica en la Gran Vía hasta la Torre de Cristal al norte de la Castellana, pasando por el edificio Torres Blancas, ha pasado menos de un siglo, un periodo de tiempo en el que la arquitectura madrileña ha levantado varias cimas en el perfil de la ciudad hasta dibujar un skyline que hoy contemplamos ‘Con la vista bien alta’.