Uno de estos casos está protagonizado por Carmen Manzano, una jardinera de 33 años con dos hijos y en el paro, que deja de percibir la ayuda estatal, por lo que no podrá hacer frente al pago del alquiler ni de los recibos. Ahora las únicas opciones que baraja son irse al coche con sus hijos u ocupar una antigua casa que pertenece a su expareja, lo que supone que puedan echarles de nuevo a la calle. Carmen toma la decisión a lo largo del programa. Tamara López es una pastelera de 23 años y lleva tres en el paro. Con un hijo de ocho años, Tamara fue desahuciada por el banco en octubre del año pasado y al mes siguiente ya había ocupado una casa vacía. Desde entonces vive allí con su hijo, sin luz propia y sin agua. Sobrevive gracias a las ayudas sociales, pero deja de percibir los 426 euros que le proporciona el Estado. Adela también muestra la historia de Juan Royo, un taxista jubilado de 83 años que apenas puede valerse por sí mismo. Vivió en su casa con su mujer y sus hijos durante más de 20 años, pero ella murió y con los hijos no tiene relación. Después de tres meses sin poder pagar el alquiler de su casa, los dueños del piso le demandaron y le llegó la orden de desahucio. En breve tiene que abandonar la casa y aún no sabe dónde irá.