A los 14 años ya sabía que quería ser cocinero. La inspiración de Josean Alija fue su abuela, cuyos platos reunían a toda la familia en la cocina. Y esa es la base de su profesión: una familia en la que los clientes que pasan por el Nerua, su restaurante ubicado en el Museo Guggenheim de Bilbao, vuelven una y otra vez. Su Estrella Michelín tiene, sin embargo, un poso amargo. La huella imborrable que le dejó un accidente, al que no sobrevivieron sus sentidos del gusto ni del olfato. Ahora, Josean Alija cuenta como tuvo que empezar de cero para recuperarlos: el "volver a nacer" de un gran chef.