Cuenta su madre que de pequeño iba para futbolista, pero acabó convirtiéndose en uno de los mejores chefs del mundo. El Guggenheim, Mugaritz y el Bulli fueron sus “campos de entrenamiento” y ahora, Paco Morales, rescata la cultura andalusí, las raíces de su Córdoba natal, para reinterpretarla sobre un plato en el Noor, su propio restaurante con una Estrella Michelín. Perfeccionista, obsesivo, geométrico: así es la mente de este genio de la cocina.