Cuando Mía pierde su trabajo en la dulcería, decide poner su propio negocio, apoyada por David, quién se desvive por hacer que la hermosa chica esté feliz. Mientras tanto, Raúl se hace amigo de Mary, al mismo tiempo que misteriosamente merodea por la mansión de Los Lombardo. Por su parte, Alberto continúa investigando sobre su supuesto accidente en la avioneta.