Se podría pensar que los cinco sentidos son suficientes. Pero la naturaleza demuestra una y otra vez que no lo son. Las golondrinas ven los campos magnéticos. Las rayas perciben pequeñas cargas eléctricas y, en algunos animales, los cinco sentidos básicos llegan a su límite. Estos animales son los especialistas, que dominan su propio lugar en el mundo.