Volver a organizar la vida cotidiana después de una separación es un trabajo que lleva su tiempo. Para Arancha, llevar su casa a solas y sacar adelante el día a día con sus dos niños hace que el trabajo se acumule de tal forma que no le queda un solo momento de respiro. Casi todos los niños intentan desafiar a sus padres cuando se trata de obedecer o de cumplir determinadas tareas, pero en el caso de Víctor el desafío llega a extremos increíbles. Desde la separación de sus padres, Víctor se ha propuesto convertirse en un pequeño dictador. Y para colmo, su hermano pequeño está empezando a imitarle.
Se portan muy mal. Víctor es cabezón, mandón, desobedientes y con él no funcionan ni los premios ni los castigos. Esta joven mamá se había acostumbrado a que la autoridad ante los niños la ejerciera su ex pareja, y ahora no sabe cómo conseguir que sus hijos la obedezcan. Si Supernanny no consigue encauzar la situación, Arancha ve ante sí un futuro muy poco halagüeño.