En las últimas 48 horas Ávila ha estado a punto de morir en dos oportunidades. Sabe que su suerte podría agotarse y que en este negocio, los errores se pagan caro. Entretanto, Ávila y Erika declaran sobre los sucesos en el restaurant. Sin embargo, al recordar los hechos, Erika descubre detalles que no cuadran con la versión oficial.
El Señor Ávila es ahora el Señor de Señores. Más desconfiado que nunca, Ávila recibe como herencia una casa y un nuevo consejero: Linares, quien tratará de enseñarle todo lo que sabe sobre su nuevo rol. Mientras, Detective Sánchez, conoce en extrañas circunstancias a quien será su próximo compañero.
Ávila no confía en nada, ni en nadie. Ahora, más que nunca, la historia de su confesor y la muerte de Erika lo persiguen. Un testigo inadvertido sufrirá las consecuencias de sus pesadillas, mientras Iván y Linares comienzan a trabajar juntos, bajo mutuas sospechas. Ávila e Iván enfrentan un complicado caso, para el cual necesitaran el apoyo de Sánchez.
Después de la pelea, Ávila y Sánchez acuerdan nuevas condiciones de trabajo. Ávila quiere saber quién trajo hasta el negocio a la misteriosa mujer que ha desaparecido, y todo parece indicar que alguien dentro de la organización los ha traicionado. Ante las evidencias, el negocio debe congelarse: los socios no estarán contentos con esta noticia.
La misteriosa mujer que había desaparecido luego de ordenar dos asesinatos, acabará confesando todo en la funeraria. Pronto, Iván, Ana y el señor Ávila conocerán la sorprendente historia que se esconde detrás de los mas recientes encargos, que amenazan la existencia de la organización. Tras los sucesos del día, Ávila decide sellar un arriesgado pacto.
Un rehén de alto calibre mal herido y un asesino que sabe demasiado. Esta es una de las situaciones más complejas que Ávila haya enfrentado y parece haber una única salida. A pesar de ser el Señor De Señores, Ávila vez se siente cada vez más esclavo de todos y de las circunstancias. En su desesperación, acude a un viejo amigo. Un nuevo y oscuro personaje aparece en escena.
Ávila le salva la vida a Duarte, quien le revela la existencia de los 12 Apóstoles: una organización criminal con infiltrados en gobierno y policía, responsables por innumerables muertes y anillos de corrupción. Mientras tanto, a Sánchez le es asignado a un nuevo caso: la investigación del asesinato de Erika Duarte. Iván y Ávila buscan al reponsable de la muerte de Erika.
Reunidos en la casa del Señor de Señores, el Consejo pide la cabeza de Duarte debido a que este sabe demasiado. Ávila, logra ganar un poco de tiempo y parte con Iván tras la pista del responable de la muerte de Erika. El único problema: el operador fue “jubilado” un par de años atrás. El Señor Ávila sabe que no puede confiar en nadie y se deja guiar sólo por su intuición.
Isabel Santamaría, la directora del Consejo de Señores, realiza una visita inesperada a Iván y le presenta una propuesta arriesgada. Con ayuda del Señor Ávila e Iván, la madre de Ana, encara su pasado. Mientras tanto, el Buitre y Sánchez ingresan en un edificio desierto tras la pista del asesino de Erika Duarte. Al final, nada ocurre como estaba planeado.
La presencia en la ciudad de la testigo de la muerte de Erika Duarte ya es sabida y ahora su vida corre peligro. Linares queda en evidencia frente a sus amos. Aquel que todo lo ve se verá doblegado y al final, revelará todo lo que sabe. Iván está decidido a cambiar de vida y Ávila recibe información que definirá sus próximos pasos.
Señor Ávila se debate entre la vida y la muerte, pero con un nuevo e inesperado aliado, ahora tiene un objetivo y un camino. Un nuevo señor coloca el anillo en su dedo y recibe su primer encargo. El Señor de Señores, no pasa de ser más que un esclavo de si mismo y de una organización oscura, con una sola cara visible y cuyos designios marcan la vida de muchos.
El Señor Alvarado recibe un encargo especial y secreto. Cardozo, (antiguo Poderoso) llama a Ávila y le pide la cabeza de alguien a quien al Señor de Señores le costará entregar; además, solicita un encargo sencillo, quizás demasiado sencillo… El Consejo de Señores es convocado. Un arma ceremonial podría sellar el destino de muchos.
Un empresario de 50 años protegido por varios guardaespaldas no llegará a su destino, como tampoco el maletín que tan celosamente cuidaba. Las consecuencias de este crimen serán impredecibles. Sánchez y Buitre continúan investigando la muerte de una anciana, mientras Sánchez acude a apoyar a su nuevo amigo de Alcohólicos Anónimos que ha sufrido una recaída.
Ávila y Molina sellan una alianza basada en la mutua desconfianza y conveniencia, y deciden seguir adelante con sus planes, mientras recorren un territorio minado. Sánchez le comunica a Ávila la identidad de la anciana asesinada. Un retorno inesperado coloca a Ávila en una situación comprometedora. Cardozo lo presiona.
Para llevar adelante sus planes de venganza, Ávila y Molina tendrán que ir a la guerra. Cardozo rinde cuentas y defiende sus acciones. Un encuentro con Ávila parece cada vez más cercano. Molina podría pagar un alto precio por haber alterado el orden familiar. Cardozo pide la cabeza del asesino de su hermano. El Sr. Alcázar sella una nueva alianza.
Guzmán se ha convertido en Señor, pero añora los tiempos de simple peón. Atrapado en una situación comprometedora, decide pedir ayuda, pero puede ser ya muy tarde. Ávila y Molina asumen los daños colaterales de sus acciones y gracias a una jugada maestra, Ávila consigue ganarse la confianza de Cardozo. Pérsico, por su parte, confronta a Sánchez y logra sacarlo de sus casillas.
Con sangre fría y estrategia, Ávila adelanta sus planes. En el camino va dejando un rastro de sangre, y cada vez son más los testigos de las frecuentes conversaciones con sus muertos. Molina, mal herido, busca la ayuda de Ana. Todos llegarán hasta la funeraria, donde nuevas sorpresas les esperan. Ávila, Molina, Iván y Ana se juegan su destino. Es tiempo de decisiones.
Cada negocio tiene sus reglas. Los muertos se cobran, pero también hay deudas de agradecimiento cuando se salva una vida. Ávila esta muy cerca de completar su venganza. Se ha ganado la confianza de Cardozo y tiene la información para llegar a los apóstoles. La mesa está servida y Ávila se prepara. ¿Será éste el fin de la organización?
El departamento de justicia ha dictado la orden de captura a Roberto Ávila. El Consejo de Señores entra en pánico, pero Ávila parece ser el único objetivo. Cardozo se ha salvado. ¿Suerte o traición? Todos parecen prepararse para un desenlace. Sánchez ofrece disculpas y resuelve pendientes. Molina busca proteger a Ana. Cardozo quiere matar a Ávila y Ávila quiere matar a Cardozo.
Amordazado y amarrado a una silla, Ávila recibe a Cardozo. Se repite la historia, sólo que en esta oportunidad, nadie está seguro de quién es leal a quién y en todos yace la sed de venganza. Iván recuerda sus crímenes. Sánchez cierra el ciclo. Molina salda su deuda con Ana. La cita final será donde todo comenzó, en la funeraria, donde todo también podría terminar.