Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, además de intereses espirituales, tiene intereses muy terrenales. Él es el responsable de haber vendido propiedades vinculadas a la Iglesia por valor de varios millones de euros. Gonzo, junto al equipo de Salvados, se desplaza a Asturias para conocer de primera mano cuáles son los inmuebles con los que Sanz saca rédito económico. Es el caso de la casa parroquial de Coya, cuyos vecinos reclaman como propia a pesar de que la Iglesia la registrara a su nombre. O la casa junto a Nuestra Señora del Naranco, símbolo de Asturias, que el obispo quiere reformar y cuyo valor podría ascender hasta los 600.000 euros. La Iglesia denunció al Ayuntamiento cuando este se negó a autorizar su reforma para posteriormente venderla. Más llamativos son los casos de Barcelona y Madrid, donde Jesús Sanz gestiona las propiedades de una asociación regentada por misioneras. Sin comunicarle nada a las religiosas, el arzobispo vendió el lugar en el que viven y en el que atienden a personas sin recursos. Actualmente las hermanas son consideradas okupas y reciben presiones por parte de la nueva propiedad, fondos de inversión, para que abandonen el lugar y así poder construir pisos de lujo. Con órdenes de desahucio en vigor, la alternativa que les queda, a ellas y a las personas a las que atienden, es la calle. Tras conocer de primera mano estos movimientos especulativos, Gonzo va al encuentro del arzobispo Sanz para preguntarle por la situación de las religiosas.