Laure Olivier, brillante estudiante de medicina, celebra su compromiso con Alain Dulac, un joven de buena familia con quien está destinada a llevar una vida estable y ordenada. Este matrimonio colma de felicidad a los padres de Laure, Blandine y Pierre, que ven en Alain al yerno ideal. Es en este preciso instante, cuando Gregory Lacroix desembarca en Saint Tropez, de regreso de un viaje de dos años por el mar. Amor de juventud de Laure, pretende reconquistarla y recuperar su estabilidad. Laure se desgarra entre su pasión por Gregory, su amor aventurero, y el miedo de hacer sufrir a Alain y cancelar la boda escapando con Gregory. Alain se entera de ello y urde un plan para separarlos, convenciendo a Gregory de que Laure rechaza su loco plan y no quiere volver a verle nunca más. Cayendo en la trampa decepcionado, Gregory abandona Saint Tropez a bordo de su velero. Laure llega a la cita prevista para su marcha sólo para verle alejarse, dejándola sola sobre el muelle, desamparada. Alain ha ganado y su matrimonio con Laure se efectuará como estaba previsto.
Louis, el hermano de Gregory, Laure y Sandra Robert, la dueña de Le St-Tropez, el bar de la playa, son tres amigos de la infancia que celebran el regreso de Gregory a la playa donde crecieron juntos. Con la emoción del reencuentro, Claude, el padre de Louis y Gregory, les anuncia su intención de vender el bar para dedicarse a sus nuevas responsabilidades en el Ayuntamiento. Esta decisión afecta personalmente a Louis: acaba de ser despedido del Liceo y esperaba trabajar en el bar. Con la ayuda de Sandra, intenta convencer a Claude para que se encargue ella sola del bar. Pero Claude no tiene confianza en su hijo. Cuando Clause se entera del despido de su hijo, surge una gran discusión. Amargado e impulsivo, Louis decide abandonar Saint Tropez. Gracias a la intervención de Sandra, Claude se da cuenta de su error y acepta que Sandra y Louis se encarguen del bar. Padre e hijo se reconcilian abrazados.