El 8 de octubre de 2011 José Bretón llama a los servicios de emergencias para denunciar la desaparición de sus dos hijos, de seis y dos años, en un concurrido parque de Córdoba. Asegura que sólo los ha perdido de vista unos pocos segundos. Mientras la policía investiga quién se los ha podido llevar, el equipo de la Científica encuentra unos restos óseos a pocos kilómetros del lugar de la desaparición, en una hoguera en la finca familiar de los Bretón.