En 2007 encuentran muerta a golpes y tirada en el suelo de una cuadra del municipio de Sober, en Lugo, a Pilar Palacios, una prostituta de 35 años que vivía y trabajaba en Ourense. El propietario del inmueble es José Carnero, un destilador de orujo de 51 años y está en paradero desconocido. Tras algunas horas de búsqueda, el sospechoso tiene un accidente de tráfico en Pontevedra. Cuando es detenido y presta declaración, da unas explicaciones absurdas y contradictorias.