Una anciana es detenida por agredir a un actor de telenovela, creyendo que era un criminal. Él la denuncia, exigiendo una gran compensación, pero los abogados Gabriel y Amanda intentan alegar enajenación mental. Sin embargo, los rivales amenazan con quitarle la custodia de su nieta, obligándolos a buscar al padre de la niña. Mientras tanto, Amanda investiga el caso de su hermana Daniela, quien parece culpable de asesinato, aunque sin un móvil claro. Sin embargo, Gabriel descubre que Daniela se casó en Las Vegas en gananciales, lo que le da un posible motivo para el crimen.
Un grupo antidisturbios intenta desalojar un palacete usado por los vecinos, pero el jardinero que lo regenta no puede probar su propiedad. Gabriel descubre que en realidad es un antiguo ladrón, lo que complica el caso, pero encuentra una forma creativa de salvar el lugar. Mientras, Amanda enfrenta la verdad sobre el matrimonio secreto de su hermana y un giro inesperado en su divorcio la vincula con un asesinato.
Fermín acude al bufete Castro Ochoa con una petición inusual: necesita asesoría para ingresar en la cárcel y reencontrarse con su hijo, a quien no ve desde hace años. El bufete deberá equilibrar lo moral y lo legal en esta peculiar solicitud. Gabriel y Amanda mientras investigan el asesinato de Jaime, cuyo arma sigue desaparecida.
Lucía, una madre del parque al que acude Carlota, grita desesperada ante la desaparición de su bebé. Carlota, conmovida, se ofrece a ayudarla y empieza la búsqueda de la niña junto a Rafa, Bosco y Barbie. Lo que descubren les deja atónitos ya que todas las pruebas contradicen que Lucía haya sido madre por mucho que ella insista. ¿Sufre la mujer un trastorno o dice la verdad? Amanda y Gabriel, por su parte, se centran en el caso de Daniela, cuyo juicio es inminente. El rastro de los expedientes que estaba investigando Jaime los lleva por fin a encontrar respuestas, pero todo se complica de nuevo cuando el asesino vuelve a actuar.
Tras el asesinato de su único testigo, Amanda y Gabriel vuelven a estar en punto muerto, sin nada que demuestre la inocencia de Daniela. Por eso, esta sigue decidida a declararse culpable y, así al menos, rebajar su condena. Amanda no aprueba la decisión de su hermana, pero lo cierto es que tampoco tiene ninguna estrategia sólida para defenderla. En estas circunstancias, las peores posibles, da comienzo el juicio de Daniela en el que Sara, ya en la primera sesión, consigue desacreditarla y hacerla parecer una viuda negra. ¿Conseguirá Amanda sobreponerse a todo y librar de la cárcel a su hermana?