Juan Cuesta sigue haciéndoles la vida imposible como casero a Carmen y a Bea y ellas, hartas de que no les deje ni poner un cuadro, deciden buscar otro piso. Juan enseguida encuentra dos nuevos inquilinos, Juan Luis y Rafa, dos cuarentones separados que se instalan temporalmente decididos a disfrutar de la vida. Uno de ellos, Juan Luis, es un reputado cirujano plástico que despierta un desmedido interés en la comunidad vecinos por la estética personal. Entretanto, Belén y Emilio se han quedado sin vacaciones y mientras Emilio empieza a sentir que se aburre, Belén encuentra trabajo de socorrista en la piscina de una urbanización, a pesar de no saber nadar. Lucía y Roberto siguen con su divorcio. Ella busca la nulidad eclesiástica a través del padre Miguel y ha contratado a Fernando como abogado. Por su parte, Mauri y Fernando no saben como desembarazarse del hijo que han adoptado, Chenchu, que además se ha hecho amigo de José Miguel y Juan Cuesta ya empieza a quejarse de la mala influencia que ejerce.