A Emilio le ha salido un trabajo de portero en una finca de lujo, en donde le pagan el doble, y no duda ni un momento en abandonar a sus queridos vecinos.
Concha, animada por Marisa, decide poner en venta el piso que tiene alquilado a Alicia y Belén.
Lucía le plantea a Roberto la posibilidad de tener un hijo y, como la casa se les quedaría pequeña, quiere comprarle el piso a Concha. Paloma no soporta la idea de que la pija se pueda construir un ático y le ofrece a Concha una oferta mejor. Por otra parte, Isabel, que necesita su propio espacio, también está interesada en la compra del 3º B para montar una escuela de yoga. La guerra para conseguir el piso estará servida entre las tres vecinas, ante el descontento de sus maridos.
Belén, que ya se ve sin casa y en la calle, se ofrece como nueva portera del edificio.
Mauri tiene destrozada la espalda de dormir en el sillón y Bea le propone compartir la cama en plan gay-lesbiana, cada uno en su sitio, pero Mauri sufre una erección y se plantea si es heterosexual.
A Emilio le ha salido un trabajo de portero en una finca de lujo, en donde le pagan el doble, y no duda ni un momento en abandonar a sus queridos vecinos.
Concha, animada por Marisa, decide poner en venta el piso que tiene alquilado a Alicia y Belén.
Lucía le plantea a Roberto la posibilidad de tener un hijo y, como la casa se les quedaría pequeña, quiere comprarle el piso a Concha. Paloma no soporta la idea de que la pija se pueda construir un ático y le ofrece a Concha una oferta mejor. Por otra parte, Isabel, que necesita su propio espacio, también está interesada en la compra del 3º B para montar una escuela de yoga. La guerra para conseguir el piso estará servida entre las tres vecinas, ante el descontento de sus maridos.
Belén, que ya se ve sin casa y en la calle, se ofrece como nueva portera del edificio.
Mauri tiene destrozada la espalda de dormir en el sillón y Bea le propone compartir la cama en plan gay-lesbiana, cada uno en su sitio, pero Mauri sufre una erección y se plantea si es heterosexual.