Mortadelo consigue un mapa en una taberna y convence a Filemón de ir buscar el tesoro. Al llegar a la selva pisan una trampa montada por los salvajes antopófagos que les hace caer (tras ser rociados de harina y picante) en una olla gigante. Mortadelo apaga el fuego con un disfraz de bombero, encanta una serpiente y se marca un tango con un guerrero de la tribu, lo que le hace ganarse las simpatías del rey Salmerón que les libera y les indica como localizar la mina. Mortadelo y Filemón encuentran la mina de diamantes, pero el director del cortometraje, considerando que el final no es comercial, les devuelve a la olla.