Die Bilder seines Verkehrsunfalls behindern Metcalfe (Ken Scott) zusehends bei seinen Ermittlungen. Dennoch kommt er mit Hilfe eines Geistlichen langsam hinter das Muster des Serienkillers. Als ihm dann auch noch 30 Silbermünzen zugesandt werden, kurz nachdem das elfte Opfer aufgefunden wurde, wird Metcalfe plötzlich klar: Er selbst soll das 12. Opfer sein.
As the killings continue, a pattern emerges: each victim shares his name and occupation and type of death with one of the twelve disciples. DCI Red Metcalfe and his team try to catch the killer before he can complete his grisly quest.
Un asesino en serie comienza a sembrar el terror en Londres. Sus crímenes siempre tienen un denominador común: las víctimas aparecen con la lengua arrancada y con una cucharilla de plata insertada en la boca. El inspector jefe Metcalfe, al frente de su equipo de detectives, es el encargado de investigar un caso que en principio parece estar relacionado con el mundo homosexual.
Sin embargo, el avance de las pesquisas determina que el móvil del psicópata tiene que ver con la religión: las víctimas están siendo eliminadas imitando las muertes de los doce apóstoles.