En septiembre de 1996 el radiólogo alemán Rudgerer Oyntzen asesinó, durante unas vacaciones en Mallorca, a sus dos hijos de 6 y 8 años, mediante una inyección letal. Un crimen minuciosamente planificado por Oyntzen, quien llegó a escribir un diario detallando los últimos minutos de la vida de sus hijos.
Año 2002. Agentes de la Guardia Civil reciben accidentalmente una información sobre un supuesto crimen sin resolver. La posterior investigación va a dirigir sus pasos hasta Andrea Illona Budach, una joven alemana desaparecida el mes de julio de 1998... pero también hasta la identidad del culpable de su homicidio.
Año 1992. El descubrimiento en un acantilado de la costa de Mallorca de un cadáver decapitado es el punto de partida de una investigación policial que destapará la realidad que se esconde detrás del asesinato ejecutado por una red de narcotraficantes vinculados a los cárteles colombianos de la droga.
Año 2006. Katerina Buchler es asesinada de un disparo en su domicilio de Cala Murada, Mallorca. Su marido, Rudolf Eberhard, era el único testigo de los hechos. En su declaración aseguró que el crimen había ocurrido durante un robo con violencia en casa. La investigación policial destapó la realidad del caso.
El cadáver del ciudadano alemán Günter Ulrich es localizado en el fondo de un pozo sellado en la finca de las Siete Casas, al este de la isla de Mallorca. El cuerpo presentaba síntomas de una muerte violenta. Desaparecido cinco años antes, G¨ünter había tenido negocios inmobiliarios relacionados con el turismo.
Noura Hitchou es asesinada a plena luz del día al regresar a casa tras finalizar su jornada laboral. Tres días después es detenido Rachid Bennis, su ex-pareja, como culpable del crimen. El homicida había permanecido oculto junto con uno de los hijos que tenía en común con la víctima al que había secuestrado.