En realidad, esta historia puede confundir a más de alguno, porque la figura delictiva no solo es única, sino también muy contradictoria. Estamos seguros que, más allá de su temática, considerada por muchos como aberrante, existe un delgado límite entre la víctima y el victimario, que nos debe comprometer con una profunda reflexión. Queramos o no, todos seremos a partir de ahora un poco jueces en la vida de Ignacio Navarrete Olavarrieta (Claudio Jara).