Die "ehelichen Pflichten" sind ein ebenso barbarisches wie hartnäckiges Konzept.
Movimientos como el #MeToo nos ha llevado a reconsiderar la importancia del consentimiento, incluso en el seno de la pareja. El "deber conyugal" es un concepto infernal del que luchamos por liberarnos, aunque no aparezca por ninguna parte en la legislación. Salvo que el matrimonio exige a las parejas comprometerse a una vida en comunidad, que tendemos a traducir demasiado rápido como "comunidad de cama".