La permanente exposición de Mariví y Mari Tere en los distintos medios de comunicación y la imposibilidad de acceder al piso piloto impide a la constructora vender las viviendas de la segunda fase de “Mirador de Montepinar”. Con el objetivo de poner fin a la okupación de las dos amigas, el máximo responsable de la compañía acude con su equipo al piso piloto para llegar a un acuerdo. Tras una intensa negociación, el principal directivo de la compañía se compromete a ceder a Mariví y Mari Tere el uso y disfrute de la vivienda con la única obligación de conservarlo. Ambas partes sellan el pacto en el jardín del apartamento ante la presencia de numerosas cámaras de televisión.
A partir de entonces, Eric y Joaquín se ven obligados a compartir su lugar de trabajo con las dos ancianas. A raíz del convenio, varios clientes acuden al piso piloto para comprar apartamentos y hacerse fotos con las dos heroínas. Tras constatar que las dos amigas venden un gran número de viviendas, el máximo responsable de la constructora las contrata como comerciales. Al ver peligrar sus empleos, Eric y Joaquín llevan a cabo una medida desesperada.
La permanente exposición de Mariví y Mari Tere en los distintos medios de comunicación y la imposibilidad de acceder al piso piloto impide a la constructora vender las viviendas de la segunda fase de “Mirador de Montepinar”. Con el objetivo de poner fin a la okupación de las dos amigas, el máximo responsable de la compañía acude con su equipo al piso piloto para llegar a un acuerdo. Tras una intensa negociación, el principal directivo de la compañía se compromete a ceder a Mariví y Mari Tere el uso y disfrute de la vivienda con la única obligación de conservarlo. Ambas partes sellan el pacto en el jardín del apartamento ante la presencia de numerosas cámaras de televisión.
A partir de entonces, Eric y Joaquín se ven obligados a compartir su lugar de trabajo con las dos ancianas. A raíz del convenio, varios clientes acuden al piso piloto para comprar apartamentos y hacerse fotos con las dos heroínas. Tras constatar que las dos amigas venden un gran número de viviendas, el máximo responsable de la constructora las contrata como comerciales. Al ver peligrar sus empleos, Eric y Joaquín llevan a cabo una medida desesperada.