María Antonia consigue animar a la marquesa trayendo a un modisto que les confeccione nuevos vestidos de cara a un baile. La marquesa sabe que su marido está planeando algo respecto a Catalina y pide a Lorenzo que lo averigüe. En contra de los deseos de Catalina, Tadeo lleva hasta al hangar a Adriano, que tampoco tiene muchas ganas de conocer a la joven Luján.