A estas alturas de la historia, definir lo que es y lo que no es arte, está complicado. Basta con que nosotros, el público, la sociedad, lo consideremos como tal. Es por eso que la provocación se convirtió en un arma importantísima para la reivindicación del movimiento feminista, llegando a entrar también en lo considerado como arte. La performance de Marina Abramovic está muy relacionada con esta denuncia de las violencias. Perra de Satán, provocadora de twitter e internet en general, nos cuenta su experiencia. Hablamos de feminismo, de body-positive y de la Iglesia.