Cristina hizo camas y petacas y regresó a su casa en el pueblo, tras terminar su relación con Baltazar. Feña y Luchito la consolaron frente a su pena pero ella no se sintió satisfecha hasta que habló con la hermana Margarita. Además, Baltazar recibió a Antonia en su oficina y le dijo que había algo que tenían que conversar.