Camila Rodríguez Naya y su marido, Aurelio Castineiras, fueron parte del medio millón de gallegos que salieron de su tierra en el segundo éxodo gallego que tuvo lugar entre 1951 y 1975. Si los primeros fueron a América, los segundos optaron por Europa. Así llegaron a Londres, donde empezaron a servir en distintas casas. Pero su suerte no fue como la de otros emigrantes. Su trabajo en casa del productor de cine Harry Saltzman o en la de Ahmed Ertegün, director de Atlantic Records, les permitió codearse con artistas como Sean Connery o Mick Jagger y tener unas condiciones laborales muy distintas a las de muchos de sus paisanos. Aún así, y como los demás, Camila y Aurelio nunca dejaron de ser inmigrantes.