La noche del 31 de enero de 2020, muchos británicos hicieron estallar fuegos artificiales sobre el cielo de Reino Unido. Celebraban que su país estaba oficialmente fuera de la Unión Europea. Otros británicos, aproximadamente la mitad, pasaban aquella noche lamentándose por lo que creían que iba a ser un error histórico. Era una sociedad dividida que 5 años después sigue sin haber superado aun todas las consecuencias y heridas que dejó el ‘Brexit’. Y que ahora contempla cómo Donald Trump vuelve a cambiar las reglas del juego, lo que ha provocado movimientos del laborista Keir Starmer, hacia Bruselas: esta semana fue el primer ministro británico en cinco años que acude a una reunión del consejo europeo.