Un archipiélago en medio del Pacífico trae de cabeza al gobierno francés de Emmanuel Macron. Es Nueva Caledonia, una colonia a 17.000 kilómetros, que vive la mayor crisis política en 40 años por una reforma constitucional que ampliaría el derecho de voto a muchos franceses residentes, disminuyendo así el peso electoral de los nativos autóctonos —que representan el 41% de la población—, de un archipiélago, que es uno de los principales productores mundiales de níquel. Nos lo explican Marc Bassets, corresponsal en París, y Luis Donce, periodista de Internacional.