Los últimos años en Cataluña han estado marcados por la tensión y una polarización que a veces se ha hecho irrespirable. Este ambiente afectó directamente al trabajo de los periodistas. Algunos vieron cómo los convertían de repente en apestados o pretendían obligarlos a decantarse por un lado del conflicto. Afortunadamente, desde hace un tiempo parece que las aguas se han ido calmando y todo vuelve a su cauce. Tanto es así que con la próxima aprobación de la amnistía a los condenados por el procés, muchos se preguntan si este será el último capítulo de un serial que fracturó a la sociedad catalana.