Obra de una nieta de Winston Churchill, se exhibió el Jueves Santo de 1984 en la Catedral de San Juan el Divino en Nueva York y se retiró por las quejas de sacerdotes y fieles. En 2016, la imagen volvió a la iglesia. ¿El motivo? Los profundos cambios en la estructura de la Iglesia Episcopal, más progresista que otras ramas del cristianismo, que en esos años consiguieron ordenar sacerdotisas e incluso obispas e incluir en los más altos puestos de gestión y de decisión de su iglesia a mujeres ordenadas y seglares.