La Conferencia Episcopal nombró hace unos días a su nuevo presidente: Luis Argüello. Será la persona con más poder dentro de la jerarquía eclesiástica española y todos lo describen como conservador. No es un adjetivo menor, ni para él, ni para la ciudadanía en su conjunto, pues uno de los retos a los que se enfrentará durante su mandato será el de dirigir una comunidad que se encuentra dividida por la manera en que se está afrontando el escándalo de la pederastia en el seno de la iglesia.