En los últimos años se han solapado varias crisis: la pandemia, los precios disparados de los alimentos y la electricidad por la guerra de Ucrania, las hipotecas más caras... Para aliviar la presión sobre los ciudadanos, el Estado reforzó las ayudas públicas. Pero a algunas les puso fecha de caducidad por su alto coste para las arcas y ahora empieza a retirarlas para centrarse en la gente más vulnerable.