La isla italiana de Lampedusa, más próxima a África que a Europa continental, trata de volver a normalidad. La semana pasada, en seis días, llegaron por el mar casi 12.000 personas. Más que nunca. La mayoría llegan en muy malas condiciones. Los vecinos piden medidas y ayuda. La ultraderechista primera ministra, Giorgia Meloni, no cambia su política de repatriaciones, y ha aprovechado para invitar a la zona a la presidenta de la comisión europea, Ursula von der Leyen.