Mientras Soraya Rodríguez estudiaba Periodismo en el Pedagógico, un decreto de ley separaría de por vida la institución de la Universidad de Chile. La organización estudiantil y la Fech traerían esperanzas a los estudiantes, pero el asesinato de uno de sus compañeros en los Trabajos Voluntarios le mostraría a Soraya la peor cara de la dictadura.