Es el día número 84. De los 100 aspirantes que empezaron el curso G.E.O. solo quedan 18. La sensación de desarraigo y aislamiento ya hace mella en las mentes de los alumnos. Cada uno busca su motivación para seguir, ya sea en la familia, en la religión, en sus recuerdos o en el compañerismo dentro del propio grupo. Han entregado su alma al G.E.O. y sólo hay un secreto para aguantar: desearlo.