La búsqueda por tierra es limitada, la mayoría de las estancias son privadas y se necesitan permisos para entrar. Una vez dentro, el acceso es difícil. La naturaleza les brinda encuentros con pingüinos, y otras especies endémicas de las islas. Finalmente, llegan a una estancia donde son recibidos de manera muy amistosa, hacen nuevos amigos y surfean olas en la parte más salvaje de la isla.