Son símbolos de poder, grandeza y épocas pasadas, pero siguen dominando, majestuosos, muchas colinas y montañas de nuestro país. Algunos se ubican en lugares muy conocidos y visitados. Otros, en cambio, se erigen en zonas mucho más recónditas. De una u otra forma, los castillos han albergado en su interior grandes batallas, amores posibles e imposibles, traiciones y, sobre todo, muchas leyendas. Olite o Ponferrada son solo algunos ejemplos de una maravillosa época de esplendor y gestas. Pero la historia no acaba ahí…