“Aquí nos electrocutaron y golpearon”. Esta es parte de la historia de Mikhail, capturado en Izyum hace tres meses. Está vivo para contarlo, pero su vida ya nunca será igual después de pasar por la máquina de tortura rusa. Máscaras de gas, descargas eléctricas, palizas… Es parte del catálogo con el que Rusia martiriza a los prisioneros. Javier Espinosa, enviado especial de EL MUNDO a Ucrania, cuenta todos los detalles