El desastre del ejército ruso en Jarkov (Ucrania) ya tiene consecuencias. A unos 800 kilómetros de allí, en Moscú y otros puntos de Rusia, se está produciendo un giro: el Kremlin está perdiendo el control del discurso oficial sobre la guerra. Se ha creado una pinza contra Putin. Por un lado, los ultranacionalistas y los comunistas. Por otro, unos pocos valientes concejales que piden su destitución. ¿Acusará la presión? Lo analizamos desde la capital rusa con nuestro compañero Xavier Colás