Ricardo León es el líder de una banda de mafiosos que se dedican al contrabando de alcohol. León, enemistado con su tío Baena desde la infancia, luchará por hacerse con los negocios clandestinos de la época. Sin embargo, una joven llamada Andrea Abascal, hija del propietario de El Continental, hará que su vida cambie por completo. Su obsesión por ella le llevará a asociarse con su padre y El Continental, un club nocturno del centro de Madrid, se convertirá en el centro neurálgico de sus operaciones clandestinas. Entre ellos surgirá una relación muy especial, dominada por el amor y el odio. Andrea acabará convirtiéndose en la primera mujer gánster de la época.
Ricardo continúa en su enfrentamiento con su tío, Juan Baena que quiere hacerse con El Continental y el nuevo negocio de tráfico de morfina; Baena, además está detrás de la muerte de Andrés y del padre de Andrea. Alfonso ha conseguido introducir una espía en el club, Rosa, que le mantiene informado de todo lo que ocurre dentro. Andrea quiere que Baena pague sus culpas, pero Lope, uno de los hombres de Baena, va a disparar contra ella. Ricardo se da cuenta y no se lo piensa dos veces: se interpone en el camino de la bala. Ante la mirada aterrada de Andrea, cae al suelo ensangrentado con una herida muy grave.
Las noticias corren como la pólvora, todo el mundo habla del tiroteo de El Continental. Van a tener que cerrar el club; la prensa lo señala como un local de prostitución y venta de droga. Andrea cree que alguien quiere hundir el negocio y no está dispuesta a dejarse vencer. Mientras, en el piso de arriba, Belice, la gitana, está intentando salvar a Ricardo, mal herido tras el enfrentamiento con su tío. Andrea tiene una idea que va a cambiar el rumbo del antiguo club de su padre: ampliar el negocio y entrar en el mundo de las apuestas. Ramiro piensa llevar su club de boxeo a El Continental.
Baena y la Mami están prisioneros en su propia casa. Sin que sus captores lo sepan comienzan a comunicarse con el exterior por medio de palomas mensajeras. Mientras tanto, Ricardo quiere empezar la producción de morfina en El Continental, pero Andrea no parece muy dispuesta a apoyar a su socio y pone a prueba a Ricardo. Finalmente, Andrea decide coger las riendas del negocio. Francesco sigue siendo un buscavidas y ve una vía de negocio robando la morfina, lo que va a traer consecuencias.
El Rubio se reencuentra con Cristóbal, un antiguo amigo, que le pone a prueba. Mientras tanto, Rosa, la antigua bailarina de El Continental que finalmente ha resultado ser una espía de Baena, está preocupada por su hija; ha desaparecido. Rosa sospecha lo peor y va a buscarla a los dominios de Baena. El Rubio propone a Rosa recuperar a su hija a cambio de matar a Andrea. La mujer se niega, pero no le van a devolver a la pequeña Lucia tan fácilmente. Alguien debe morir. Por otro lado, Baena es testigo de algo que le duele en el alma, a él y a su sobrino: la única mujer que siempre les ha querido a los dos, la que ha sido como una madre para Ricardo, La Mami se va a convertir en la víctima necesaria para salvar a la niña.
Ricardo y Baena se ven obligados a trabajar juntos. Ricardo ha salvado la vida de su tio y a cambio empieza a trabajar con la policía. Se han deshecho de El Rubio y ahora van a trabajar para el estado. Ramiro teme por su vida, está dispuesto a todo para salvarse. Y de nuevo trabajará para Ricardo. Mientras tanto la matriarca de los zíngaros, Celeste, sigue intentando vengar la muerte de su hijo.
La sobrina del rey sigue pensando que su hermano se ha enamorado de Andrea, aunque no es cierto está dispuesta a todo para eliminar a su rival. Ricardo se entera de que Andrea ha desaparecido y le pide a Fernando ayuda para buscarla. No parece que vaya a conseguirla. Mientras, Gloria vuelve a recurrir a los zíngaros; quizá ellos puedan hacer algo. Parece que Celeste tiene información, el problema es que sigue empeñada en que Belice, ahora embarazada, vuelva con los suyos.