A Mateo le toca una difícil tarea médica: debe salvar la vida a Dani, pareja de Adriana, ante un problema de alergia. Lo hace con rapidez y profesionalidad, pero presencia los besos y caricias que ella le da al arquitecto tras saber que no se va a morir. La tensión entre los hermanos Escribano se acrecienta: Ernesto decide independizarse, lo que no le sienta nada bien a Paco, quien le dice que “si es independiente, que lo sea del todo”, es decir, que en adelante no le pida ni dinero ni ayuda, que sea mayor a todos los efectos. Ernesto acepta el reto. Julia, mientras tanto, da a Alfredo la mejor noticia de su vida: va a ser padre. El policía está que no cabe en sí de felicidad, y la lleva al médico: quiere cuidar de ella y de su hijo desde ese mismo instante. A todo el pueblo, sin embargo, le parece rara tanta prisa en los acontecimientos. Alfredo, para festejar su despedida de soltero, elige una actividad muy especial. Irá a acampar al monte con los hermanos Escribano. Para él es toda una aventura, aunque para Paco y Ernesto se trata de un tostón al que acuden sólo por amistad con el policía. Mateo y tía Juana se dan cuenta que Julia esconde cosas que a Alfredo le pueden partir el corazón, y se debaten entre decírselo o no. Juana quiere obligar a Mateo a que le abra los ojos a Alfredo, pero nuestro médico se mostrará muy fiel a la ética médica. Dani recibe una oferta de trabajo en el extranjero: se trata del contrato de su vida, es una oportunidad que no quiere ni puede dejar escapar. Adriana, sin embargo, no lo tiene tan claro, ya que para ella significaría dejar el colegio; el pueblo ... y –aunque no lo diga-, a Mateo. Ana y Marga no pueden arreglar sus diferencias, y empiezan un camino que les puede llevar a cortar definitivamente su amistad. Ni Tom ni Riqui ni Ernesto parecen capaces de hacerles entender que la amistad es algo que deben cuidar. Pedro –sin comerlo ni beberlo- va a desatar una tormenta entre Elena y Carol.