Después de 10 años en el Oriente Medio, el médico de la filosofía Salvador Pereyra volver a México con un hallazgo que podría cambiar el mundo: la tumba de Marduk, el creador del concepto de Dios y la espiritualidad humana. Sin embargo, el trabajo para el que se sacrificó parte de su vida era un plagio por la secta Niños de Indra, dirigidos por Askar Hyrum, que distorsionó sus palabras.