Nerea Pérez de las Heras es una voz necesaria por incómoda o justo al revés. Quizá sería una política fantástica, aunque eso supusiera privarse de su capacidad comunicadora. Solvente en su discurso, afilada, pero empática. Hace falta tener mucha conciencia de barrio para tener los pies en la tierra. Su tierra es La Elipa y allí viajamos a través de la conversación en Dile que baje.