Con él cruzaremos la Península Arábiga con la única ayuda de un guía beduino, un supuesto experto inglés, cuatro dromedarios y su amigo Rafa Lomana, un esquiador recio acostumbrado a los rigores de la nieve. En Omán se extiende el desierto de Wahiba, el más asfixiante y desconocido del planeta. En la antigüedad sólo los beduinos se internaban en él para transportar olíbano, una resina que valía tanto como el oro, pero hace siglos que nadie recorre esta ruta. Jesús Calleja y sus acompañantes se proponen retomar un camino mucho más peligroso de lo que imaginaban. La expedición se complica y se pierden en un desierto ardiente, expuestos a una temperatura de 52º C, sin agua, y en mitad de un océano de dunas.