A Ignatius Farray le encantan los libros. Cree que acumularlos le protege de uno de sus mayores miedos: la ignorancia. Tiene muchísimos, pero no los ha leído todos. Ni pretende hacerlo. Para él, lo importante es poder ojearlos. Y hojearlos. Eso es más que suficiente para aprender nuevos conceptos y reflexionar sobre ellos. Si Ignatius ordenara todos los libros que tiene en casa, podría poner una biblioteca. Pero si lo hiciera, ya no sería la casa de Ignatius.