Para Eduardo Casanova hay dos clases de personas: las de perros y las de gatos. Y él es de gatos. Es muy de gatos. Es un ultra de los gatos. Le fascinan. Porque es muy pa’ dentro, como ellos, y admira su independencia. Y porque le dan todo: amor, compañía y estética. Tenía tres gatos hasta que Tokio falleció. Y se quedó roto. Pero calmaron su dolor los otros dos: Costra y Maricarmen, que se parece a María Pujalte. Nos metemos de lleno en la secta de los gatos y analizamos su independencia, sus rarezas, sus maullidos y el duelo. Este episodio es la primera parte de un homenaje hacia los gatos que profundiza en su genética, en la diferencia entre caseros y callejeros, en cómo acompañan las mascotas y en cómo se sufre cuando mueren.