Samantha Gilabert vive apasionada con Los Sims desde que tenía 6 años y vio jugar a su hermana por primera vez. Se le metió tan dentro que empezó a jugar en cuanto tuvo ocasión y ha pasado por todas las ediciones y expansiones que te puedas imaginar. Para ella lo más importante es que los personajes que maneja no se pongan tristes y ser siempre bisexual. A partir de ahí vive una fascinante vida paralela en la que desahoga sus ansiedades y amplifica sus sueños. Y entonces te das cuenta. ¿Y si la vida real es una expansión de un videojuego que juegan unos seres que nos controlan?