Edrian (Mario Plágaro) se lleva a su novia Chloe (Michelle Calvó) y a sus amigas Martha (Songa Park), Amanda (Lucía Guerrero) y Lucía (María Hinojosa) a pasar fin de semana a su casa. Las chicas descubren que Edrian vive en una gran mansión. Un ambiente lujoso y algo descuidado en el que sus fantasías más deseadas están a punto de ocurrir. Pronto descubrirán que en este palacio los que conviven allí son seres mitológicos: “cupidos”.
Chloe despierta. No recuerda nada de lo que ha soñado pero se siente distinta. Edrian pide explicaciones a Álex. ¿Por qué ha roto el vínculo con su novia? Lleno de dolor le intenta hacer ver que sin ella, la vida no tiene sentido. Tiene que haber otra manera para salvar a madre, la diosa Venus. Cuando por fin consigue convencerle, intentan usar de nuevo la brujería pero aparece Invidia y todo se complica.
Ángel no puede creerse lo que acaba de hacer. La situación le ha desbordado. Martha y Lucía han probado las fresas y están bajo el hechizo de Indivia. Amanda deja una carta despidiéndose de las chicas pero Chloe no se fía de sus palabras. Edrian y Álex consiguen retomar la magia. ¿Podrán enfrentarse a la bruja y salvar a las chicas?
Marcos está aliado con Indivia. ¿Cómo ha podido traicionar así a sus hermanos? La bruja pretende utilizarle para acabar con las chicas. Edrian tendrá que ser más fuerte que nunca. Suerte que Álex permanece a su lado hasta el final... Él y la diosa Venus que no dejará que sus hijos sufran ni un minuto más.