Quimi, que se acaba de incorporar a las clases, es el principal sospechoso de varios robos cometidos en el Azcona. Los verdaderos autores son Marcos y sus amigos, apoyados por Isabel. Ésta cambia su actitud cuando Marcos la amenaza con hacer daño a sus hermanos si les delata. Mientras, Quimi pelea con Mario que le acusa de haberle robado la chupa. Marisa habla con Quimi y este percibe que le cree culpable. Quimi sabe quienes son los culpables, los mismos que le metieron en el lío del incendio del coche de Alfredo (Cap. 1). Cuando Isabel le cuenta a Quimi que Marcos prepara otro golpe del grupo de extorsionadores, urden un plan con el resto de la pandilla: cuando entren a robar la caja registradora de Rocío por la noche, les dejarán encerrados en el colegio. Ya por la noche, las cosas no salen según lo previsto. Isabel trata de llamar a la policía y Marcos la descubre. Cuando salta la alarma se produce un gran revuelo y llega la policía. Al final todo se aclara y los profesores se disculpan con Quimi. Félix descubre que Lolo, el hijo pequeño de Rocío, tiene aptitudes para jugar al ajedrez. Le propone integrarse en el club de ajedrez del colegio y ser su preparador. Sin embargo, Luis se muestra celoso de que otro acapare la atención de su hijo. Decide prohibir a Lolo que acuda a las clases. Al final, Rocío media y es el propio Lolo quien enseña a su padre a jugar al ajedrez. Tere propone realizar una encuesta para que los alumnos valoren a los profesores. Félix no está de acuerdo y sus compañeros le dicen que tiene miedo a los resultados. Aunque éstos son secretos, Félix se compromete a compartirlos con Marisa. Pero se encuentra con algo que no esperaba: los alumnos le recriminan que incorporara a Marisa al centro, por a su relación amorosa del pasado. Es entonces cuando la profesora de Literatura conoce la existencia de los poemas de amor de Félix, y se ríe de sus rimas. Alfredo va a cumplir 38 años y para celebrarlo invita a Ana a cen