Algunos alumnos del Azcona organizan una votación para elegir a la chica más maciza del colegio. Valle resulta ganadora y Sara finalista. Sin embargo, alguien difunde que en realidad con la votación se trata de encontrar a la chica "fácil" de la clase. A partir de ese momento, Valle se convierte en objeto de burla. Pese a todo, una de las cosas que más duele a Valle es que Quimi, a quien considera uno de sus mejores amigos, pueda ser el promotor de la encuesta. Finalmente, Charo averigua que es otro alumno el responsable de tan desagradable capítulo. Aclarado el malentendido, Quimi pide, a su manera, perdón a Valle. Al mismo tiempo, aparecen pintadas en las paredes del colegio con los motes de todos los profesores. El único que se salva es Félix, que lo achaca al respeto que infunde entre los alumnos. Esta circunstancia molesta mucho a Alfredo, que se las ingenia para que su hermano sepa que entre los chicos es conocido popularmente como "El Bacterio". Ana sigue sin tener claro cuál va a ser su futuro. Por un lado, sus padres pretenden que se quede más tiempo con ellos. Por otro, Joan, su marido, tratar de convencerla para que vuelva con él. Charo y Tomás descubren que uno de los motivos por los que Ana se separó de él fueron los malos tratos. Por eso, Charo echa a Joan cuando se presenta en la casa, lo que Ana toma como una grave intromisión en su vida. Sólo la mediación de Tomás permite que madre e hija se reconcilien. Al final, Ana decide iniciar una nueva vida y olvidarse de su marido. De momento, se queda a vivir con sus padres. En el colegio, los pequeños discuten sobre las pocas posibilidades que tiene Alfredo de salir con Virginia. Sin embargo, Bego, la hija de Alfredo, no está de acuerdo con ellos, y miente diciendo que en realidad ya son novios. Cuando Virginia se entera recrimina a Alfredo su actitud altiva y le responsabiliza de los rumores que sobre ellos se extienden por todo el colegio.